viernes, 28 de septiembre de 2007

CCCIX... La casa de los espejos

mens_curiosa

TINTERO VIRTUAL CCCIX: La Casa de los Espejos
Otra semana vacacionera mas llegamos al Tintero, aun relajados con nuestros relatos, pero calentando motores segun se aproxima septiembre.
Agradezco la oportunidad de poner tema de nuevo y, esta vez, me voy a un titulo misterioso que nos arranque del territorio de las leyendas sin dejar de alimentar la imaginacion.
Propongo, pues: La Casa de los Espejos.
Mucha suerte y trabajo!!!
El corazón tiene razones que la razón no entiende

24/08/2007, 7:53




Escritorcillo.- La Casa de los Espejos. Viuda de Fieltro e Hijos, Sociedad Limitada.

Los había de todas clases, clásicos, de marco nacarado o de carey, barrocos, con el marco voluptuoso lleno de volutas doradas, árabes, góticos, circulares, incluso con formas trapezoidales. La Casa de los Espejos, Viuda de Fieltro e Hijos, S. L.. Los vendía de todas clases, era su especialidad, la pulida superficie de aquellos vidrios niquelados. De todos los precios, también, el más caro se lo llevó un jeque persa que pasó por la tienda, eligió un espejo gigantesco, de marco de carey, caparazón de concha de tortuga de verdad, no sucedáneo, se necesitaron cincuenta tortugas marinas, un espanto, y luego lo labraron cinco artesanos dementes, hasta alcanzar la perfección. Un baño de plata de un centímetro en el reverso, carísimo, carísimo, propio sólo de eso, de magnates del petróleo. Perfecto, la perfección bailaba en él un ballet de Stravinski, diapasones fulguraban centuplicando la figura. Para reflejar a un tipejo impresentable, un asno cargado de reliquias, un gordo barbudo de inmensas posaderas, con el puro en los labios y la ropa de Ayatolá, gorrino sin clase, figura oronda y contrahecha que hacía sufrir a aquella belleza de espejo. Ya dice el proverbio árabe que al perro con dinero se le llama Señor perro. De noche, cuando no reflejaba a su espantoso dueño, en el palacio de Teherán, el espejo lloraba. Reflejaba jarrones repletos de lirios y lloraba, en la habitación verde, porque tenía que reflejar todos los días a un ser depravado. Las gotas de vapor condensaban de noche en su luna y parecía que el espejo gritaba su triste desesperación, su estridente soledad y martirio. En el gran terremoto se quebró en diez partes, y el sátrapa mandó hacer con el carey puños de bastones. Luego estaba el más barato, un espejo de bicicleta. El niño que lo poseyó lo llevó por toda la ciudad, emparejado con el timbre de la bici, deslumbraba al mediodía furioso de centellas, de limpias centellas brillantes, diamantinas, y puras, como voces de sirenas marinas. La hermanita del niño lo destornillaba y lo usaba desde la azotea para alumbrar la pared sombría de la casa vecina. Reflejaba un trozo de sol como si unas mágicas tijeras cortaran la luz de cuajo y lo depositaran en aquel círculo brillante. Era amigo del timbre de la bicicleta, como ya he dicho, el uno deslumbraba los ojos, el otro deslumbraba los oídos, como un millón de grillos azulinos cantando a la vez, un millón de lilas al pasar el crío por la calle. También los hubo asesinos, espejos que se rompieron e hirieron a sus dueños, tiñendo de granate la escena, como uñas de panteras, brillantes y negras como la noche, perfumadas de jazmines y espesas como la brea, sudorosas y salvajes, estilizadas. Fueron espejos que hicieron cortes en las manos, que procuraron heridas carmesíes, dolorosas y sublimes, que se rompieron en mil partes, en un millón de partes antes de convertirse en arena. Y los hubo que salieron defectuosos, y reflejaban mal las figuras, deformándolas, y generando seres abyectos, deformes, jorobados, panzudos, de guiñol, y terminaron sus vidas en las ferias de pueblo, en el carromato de Madam Carlota, la Casa de los espejos, entren y rían. No es mucho suponer que hubo espejos de Iglesia, diminutos trozos de espejos que adornaron sagrarios barrocos y dorados, y en los que el canto gregoriano se elevó hacia el cielo como paloma de nácar, o que contemplaron el sonido de los majestuosos Órganos, nieve purísima y limones agrios, ascendiendo a los cielos al mediodía. Incluso hubo uno que reflejó, en un burdel rojísimo, la cópula loca y extravagante, el pecado, la borrachera, la orgía, la bacanal, la sodomía, incluso. Los ángeles.
......................................................................................Francisco Antonio Ruiz Caballero.

24/08/2007, 13:39




ALIAS-ABC.- La Casa de los Espejos

Elevó la mano pintada de blanco y agarró una cuerda gruesa de aire, dejando un hueco en el interior de su puño cerrado. Exclamó un silencio con una rotunda boca abierta y empezó a tirar de aquella línea gruesa hacia abajo, superponiendo la otra mano a la primera para asir de nuevo el aire y tirar hacia abajo. Una y otra vez repetía la operación, yuxtaponiendo sus manos otra vez y de nuevo, fácilmente al principio hasta que sus músculos se empezaron a tensar en su esfuerzo de hacer bajar el plomizo cielo que amenazaba atardeciendo. Sus ojos, irregularmente coloreados en rojo de forma circular en el perfil de los mismos, hasta las cejas y bajo las bolsas de sueño, miraron hacía su pequeño pero selecto público: No menos de 15 niños de caritas anhelantes, asistían bajo la risueña, vigilante, expectante y, secretamente, soñadora mirada de sus padres, al espectáculo que Pipo, el Mimo del Retiro, ofrecía. Sus músculos en tensión, en su lacónica figura, combado con los dientes apretados y el ceño en su cara blanca fruncido. Un jadeo ahogado. Pipo resopló en silencio. La mano izquierda subió a su frente para limpiarse el inexistente sudor de su frente. Error. La cuerda incorpórea tiró de la mano que aún la asía como una garra y elevó tras de sí a Pipo que, sorprendido, hizo aspavientos, poniéndose de puntillas mientras la cuerda se escapaba, quemaba, Pipo soplaba sus manos alternativamente, mientras trataba de coger la cuerda y los niños decían “¡oh!”, se llevaban sus pequeñas palmas a su boquiabierta boca y otros señalaban a Pipo y se giraban a medias para no perder ninguna de sus contorsiones“¡Mama!”. Pero Pipo cogió una vez más la cuerda. Los dientes bien prietos, mientras emitía un insonoro jadeo. Se relajaron los hombros. La comisura de sus labios bajó, mientras elevaba la parte central de sus labios, un poco, mirando con ojos bien abiertos a su público y la punta superior de las cejas entornadas hacia el centro de una arrugada frente. Empezaron a caer gotas de lluvia y los congregados padres abjuraron, mascullaron y se movían inquietos sobre el sitio mientras miraban con insistencia a sus hijos y a Pipo.
Pipo no iba a cejar. Pipo veía a los niños aún anhelantes, algunos medio en pie mirando ahora a Pipo, ora a su madre, ora al cielo, pero siempre volviendo a las manos que asían la cuerda.
Así que Pipo tiró, Pipo “Fernando Jiménez Castells”, contable de día y Mimo al atardecer los fines de semana, miró al Cielo, juró silenciosamente en arameo, lengua que desconocía pero hablaba muy bien, se mordió ligeramente el labio inferior y tiró y tiró, con una pierna apoyada en un banco mientras echaba el cuerpo hacia atrás. Más cerca, más cerca, ya bajaba la noche oculta tras las nubes. Tiró con los dos pies sobre el banco y el culo pegado al suelo mientras se difuminaba Pipo y aparecía la cara de Fernando Jiménez Castells “Pipo”, mimo de fin de semana y Contable todos los días, que con esfuerzo propio de un Titán, temblorosos sus brazos y botando en el suelo, impelido hacia arriba, en ocasiones, por la fuerza que oponía el cielo nebular, aún consiguió desafiar al Apolíneo día trayendo la noche, mientras la lluvia arreciaba y los niños, amparados en los brazos de su padre desaparecían corriendo, atisbando de reojo la lucha de Fernando-Pipo. Al tocar el sol los márgenes del horizonte arbolado, los pequeños y fugitivos rayos de luz que pudieron aún rebasar milagrosamente el gris de los edificios, vieron abandonar el lugar a Fernando, una delgada línea de negro sobre carne, contra el crepúsculo irregular, que pensaba cuantos de aquellos niños llevarían la actuación de hoy a la tierra de sueños, donde cada uno reflejaría a su manera en el espejo fantasioso de sus sueños la interpretación de Pipo.
Sonrió.

24/08/2007, 21:13




gemmayla Re: A Don Francisco Umbral...con admiración, cariño y respeto

En aquella casa las ventanas y puertas habían sido sustituídas por espejos, a mediados de siglo, por un capricho, un antojo pueril de aquel niño de cuarenta y seis años que de vez en cuando sufría pataletas dialécticas porque aspiraba a ser un novelista de última fila, pero un sobresaliente columnista. Escribir las peores novelas y los mejores artículos de prensa de todos los tiempos cual un Mariano José de Larra romántico, empecinado y elegante, era un propósito noble entonces. Lo es ahora y lo será siempre.
Para valorar la calidad de los espejos de su casa, se compraba bufandas de cachemira en las mejores tiendas de Madrid, gafas de pasta gruesa en las peores ópticas del barrio y ensayaba durante horas con impostada voz grave y profunda, ante el espejo que proyectaba en acero bruñido la imagen más alargada y estirada de su estampa dotada de gracia, nobleza, porte regio, altivez plebeya...los esperpentos de Valle Inclán con la esperanza de ver a Pío Baroja sentado en el salón de su casa a la hora del té, del café, la tertulia, el vino tinto y las rosquillas tontas que están tan ricas como las listas, sólo que un poco más insípidas, sólo que un poco más bastardas. "Las rosquillas son como la crónica del lenguaje alucinado. Hay que ser más loco que El Quijote y más cuerdo que Cervantes para narrar en clave de crónica lo que ya no debe decirse en clave de novela. La novela tiene sus días contados. Lo he visto en mis espejos. Esos espejos que mi esposa María España mantiene más relucientes que el oro de las Américas. Los novelistas son una raza a extinguir. Lo sé desde hace tiempo. Pregúntale a mis espejos...Espejito, espejito mágico, ¿quién fue más grande, Larra o yo?..."
"El ciberespacio será el único espacio posible. Asistiremos a la quema en la hoguera de bibliotecas y libros. Lo que se ha dicho en trescientas páginas, puede resumirse en treinta líneas. Lo bueno si es breve, dos veces bueno. Los espejos me hablan y me habitan. O tal vez debiera decir que habito en los espejos del narcisismo de mi excesiva complacencia y el deleite de las vanguardias. Soy varguandista como todos los genios, los grandes de este miserable país que no aprecia el valor de una fina bufanda. Este país que se cripa y se enerva con un simple vino de tetrabrik.¡Patético! Debiera tatuar en alguna parte de la geografía de mi cuerpo que España es un país patético y miserable para que no se me olvide. ¡Y es que en mi casa no hay ventanas ni puertas que me permitan ver lo que se cuece ahí fuera. Sólo me permiten ver la ficción de esta pobre realidad los espejos que deslumbran el eco de mi ego. Y hace tiempo que ya no puedo salir como antes a fiestas y jolgorios...Los espejos...También están la televisión, la radio, la prensa escrita e internet para salir de casa sin moverse del camastro que vaticina la muerte...Si he de morir, que me incineren con mis espejos para poder contemplar la realidad a través de mis espejos allá en la eternidad de las pasiones inútiles. Nada más inútil que morir. La utilidad del espejo sólo un genio como yo puede apreciarla."

28/08/2007, 12:00



BLANKA-L.- Espejismo

El cabo Jean Farroux, medio muerto de sed y de insolación, entró en la fresca casa en ruinas y suspiró de alivio. Soltó la mochila y el fusil de chispa. Se oía agua cayendo en algún sitio y Farroux se relamió el polvo de los labios y pasó más adentro.

Un ala de la casa se había derrumbado y lo demás estaba lleno de cascotes de yeso. Los techos y las paredes habían sido de estuco pintado, los suelos de mosaico. Una casa rica abandonada en tiempos de... ¿de su abuela? Le tiró unas piedras a las ratas y siguió adelante por el sitio que encontró más despejado.

El jardín era una masa de zarzas, el pozo estaba seco, las columnas caídas. Había una estatuilla que le apuntaba con su roído dedo de mármol; estaba sin cabeza pero seguro que, de tenerla, se estaría riendo de él.

Llegó a una puerta que sorprendentemente se abrió sólo con tocarla, tan suave como si estuviera en uso. Allí había una sala profunda que, hasta donde llegaba la claridad de la puerta, estaba conservada. Tenía repisas de piedra, un frontal de azulejos... Una cocina vacía.

Entró. Allí el agua se oía muy cerca, un chorro que salpicaba en su pileta. Se sentía el frescor.

—¡Agua! —gritó muy contento. Y el eco le contestó lo mismo.

Pero una voz de mujer dijo muy bajito:

—¡No me toques!

Se volvió en redondo.

Colgado en la pared de la cocina se veía el espejo más grande y más ricamente adornado y dorado que hubiese podido estar nunca en el mejor de los salones, y en él se abría una escena llena de luz: Una chica muy guapa colocaba fruta en una mesa donde reposaba un banquete estupendo, bandejas humeantes como si las fueran a servir ya mismo.

La chica se llevó el dedo a los labios.

—Chssssst. ¡No me toques! —susurró.

Jean Farroux se quedó pasmado. El espejo parecía reflejar la misma cocina en la que se encontraba, pero viva, como cien años antes, como si la casa estuviera habitada. Las ventanas estaban abiertas, la mesa tenía mantel, los estantes platos de colores y las alacenas sus tarros y botellas de cristal. Todo limpio y alegre.

Se veía una pila honda donde caía un chorro de agua continuo por un caño de metal. Jean Farroux miró a su espalda... y descubrió la misma pila pero seca y llena de telarañas. Escuchó, se dio cuenta de que sólo era dentro del espejo donde sonaba el agua.

Todo lo que en la casa era soledad y ruina, en el espejo era vida. La chica sólo estaba en el espejo.

—¡Ay! —suspiró ella. Era una rubia como un melocotón. Cogió una bandeja, y se dirigió a una puerta al fondo haciendo señas a Jean para que la siguiera.

El joven localizó la misma puerta de roble, que existía de verdad a su espalda, al otro lado de la cocina, aunque en la realidad, fuera del espejo, era un madero roñoso y agrietado. Salieron a un pasillo que sólo recibía la luz que brotaba de otro espejo dorado. En él, la chica le sonreía con su bandeja:

—¡Ven!

Y lo condujo a un comedor vacío, que en su correspondiente espejo luminoso se veía fresco y con la mesa puesta.

Enseguida vio entrar una familia, padres, viejos y niños, que comieron y bebieron en el espejo sin que el soldado pudiera disfrutar de una miga ni de una sola gota de nada. Parecía que ni siquiera le veían. Él estaba en la oscuridad, ellos en la luz del espejo. ¿Qué era aquello? Se encontraba muy mal, tenía fiebre. La maligna criadita recogía los platos y le sonreía. Ella sí le veía. ¿Por qué le había llevado allí, si no le iba a dar nada?

—¡Oh! —la chica hizo un mohín decidido, cogió una copa, virtió agua, se la llevó a los labios y se la bebió.

—¡Ah! —y chasqueó la lengua con delicia. Le caía una gotita por la linda barbilla.

Jean Farroux, temblando de fiebre, extendió la mano.

—¡No me toques! —le advirtió ella frunciendo el ceño.

Jean no la oyó.

—¡NO! —gritó horrorizada cuando él puso los dedos en el espejo, encima de su boca húmeda.

Y algo espantoso ocurrió. El espejo se rajó de parte a parte, la chica se esfumó, se oyó un trueno, la luz desapareció, los cimientos de la casa temblaron de espanto... y empezó a caer la lluvia, una tormenta tremenda, un agua limpia que él se pudo beber por fin.

28/08/2007, 22:40



ANDRESNIPORESAS.- El corredor de los espejos

Eran dos casas comunicadas por un corredor tan oscuro, que cuando un pajarraco se colocaba encima de la vieja claraboya la sombra se multiplicaba en los trozos de espejo roto y los graznidos vibraban en el eco. El pasaje "a la otra casa" se hacía siniestro. En la casa vieja se almacenaban los trastos y los productos del campo.
La madre siempre enviaba a algún hijo a buscar unas cuantas patatas, o unos ajos "a la otra casa". Normalmente siempre recaían las órdenes en el mayor, pues sus siete años inspiraban confianza en la madre. Pero lo que no sabía ella es que el miedo, más aún, el terror a cruzar el corredor atenazaba las piernas de Carlos.
Entonces comenzaba la negociación y Carlos ponía todo su saber en convencer a Rosiña para que lo acompañara. "Te daré un caramelo". "Uno, no; dos", le contestaba su hermana. "De acuerdo: dos". Carlos se situaba detrás de Rosiña e iluminaba con un candil el tétrico pasadizo. Con el pie empujaba las puertas y soportaba con dificultad los chirridos de los goznes, oxidados y antiguos.
Algo sucedió al abrir una puerta; un golpe de aire inesperado o un soplo del más allá, y el candil se apagó y Carlos dio media vuelta y huyó corriendo dejando a la pobre Rosiña al albur del destino. Todo fueron ruidos extraños. La imagen de Carlos se multiplicó por mil en los espejos paralelos del corredor y una mano se poso en el cuello del pequeño.
-¿Dónde está tu hermana? -dijo una voz ronca a su espalda.
Carlos tardó unos trágicos momentos en darse cuenta de que aquella voz no era la de un fantasma sino la de su padre. Una cerilla devolvió la claridad al pasadizo y Carlos no pudo soportar la visión de su cara, la de su padre y la de su hermana Rosiña deformadas en aquellos espejos.
Han pasado muchos años. La tía Rosa y su hermano mayor todavía viven en la vieja casa, y la anciana siempre cuenta que el tío Carlos desde aquel día no ha vuelto hablar. En la "otra casa" un sobrino puso un bar gore.

29/08/2007, 15:54



Karambola.- La Casa de los Espejos

Si trataba de pasar desapercibida, lo he conseguido....¿a qué nadie se ha dado cuenta de que estoy participando en el tintero? Pues eso, que alguien me sopló que había que ponerlo aquí, del modo que fuese, asique ¡¡ ahí queda eso!!
El reto de Alias, o lo que hace un reflejo
El espejo le devolvió la mirada que temía, llena de recelos, reproches, desesperanzas, incredulidad…
Llevaba mucho tiempo sintiéndose dentro de una vorágine de emociones encontradas. Si miraba a su alrededor, veía el rostro de personas que esperaban sus riendas, como el marino espera que la brújula le señale el norte, o la rosa de los vientos el rumbo a seguir, y se sentía cansada. Deseaba confiar en alguien.
Volvía sus ojos una y otra vez, contemplando aquellas pupilas verdes y evocó a la joven que cada domingo tomaba su mochila y serpenteaba por las laderas, vadeando ríos, empapándose de la lluvia que limpiaba su rostro.
Anhelaba sentir la renovadora sensación del agua resbalando por su cara limpiando las ideas que asaltaban su alma, palpar el musgo que formaba cunitas al pie de los árboles como el ciego, que ávido de conocimientos, desliza sus manos por páginas y rostros.
La recia caricia del viento al remontar una cumbre, la visión de las nubes que coronaban los picos la hacían sentir poderosa, inalcanzable, invulnerable. Cerró los ojos.

El reflejo del lago la miraba ávidamente, las mejillas arreboladas por la caminata y el gesto tranquilo, confiado, del que sabe que todos los relojes giran a su favor, que cualquier hambre se puede saciar con algo masticable. Revolvió el agua con sus dedos, distorsionando la cara. Sintió una punzada en su vientre.
Cuando abrió sus párpados de nuevo, el vapor del agua de la bañera había cubierto el espejo de una pátina blanca, y mientras trataba de borrarlo con los dedos, notó una fuerza interior, como un latido de audacia, y supo qué a partir de ese momento nadie ni nada podría vencerla, sólo ella misma, sólo ese reflejo del lago tendría el poder de devolverle la esperanza.

29/08/2007, 22:42




Evaluna


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VOTACIONES TINTERO CCCIX ‘LA CASA DE LOS ESPEJOS’
Abierto el plazo de votaciones de la Edición CCCIX ‘La casa de los espejos’. Ya saben de 1 a 3 puntos al haber menos de diez relatos.

Que ustedes lo voten bien.

Salud.

P.D. Estre, cumplida mi misión del mes de Agosto.. ha sido un placer, más si me hubiera atrevido con los temas propuestos pero no ha sido el caso.

30/08/2007, 0:00
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ALIAS-ABC


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Re: VOTACIONES TINTERO CCCIX ‘LA CASA DE LOS ESPEJOS’
"Espejismo" de BLANKA-L. 3 puntos.
"El corredor de los espejos" de ANDRESNIPORESA. 2 puntos.
"El reto de Alias o lo que hace un reflejo".de KARAMBOLA 1 punto.
Y para los resistentes escritorcillo y gemmayla, gemmayla y escritorcillo un accesit valorado en 90000 leuros, por haber estado escribiendo durante el verano, para que lo gasten fantasiosamente.
Ale, a los otros libros.
Un saludo.

30/08/2007, 10:29
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gemmayla


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Re: Esto de votar cada vez me gusta menos, pero..ándale !!!
ESCRITORCILLO 3
ALIAS ABC 2
BLANKA-L 1
Me pone de muy mala "fostia" esto de votar, señor sí señor !!!
Salud e inspiración para
tod@s !! y Muy bienvenida Karambola !!!

30/08/2007, 11:33
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Escritorcillo


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Re: VOTACIONES TINTERO CCCIX ‘LA CASA DE LOS ESPEJOS’
Mis votos.
Blanka, tres puntos.
Alias Abc, dos puntos.
Andresniporesas, un punto.

30/08/2007, 12:13
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Karambola


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Re: VOTACIONES TINTERO CCCIX ‘LA CASA DE LOS ESPEJOS’
Mis votos son:
Blanca-L: 3 puntos
Alias-ABC: 2 puntos
Gemmayla: 1 punto
Gracias por vuestra acogida. ¡¡Un guiño en forma de reflejo para el tintero !!


30/08/2007, 12:48
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BLANKA-L


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Re: VOTACIONES TINTERO CCCIX ‘LA CASA DE LOS ESPEJOS’
3 - GEMMAYLA
2 - ESCRITORCILLO
1 - KARAMBOLA
Muy bonito el de Alias-Abc, aunque tenía menos espejo que los otros...
Se agradece mucho a EVALUNA el buen trabajo de secretaría. Besos, guapa.

30/08/2007, 19:12
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ANDRESNIPORESAS


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Votos tardíos y viajados.
AliasABC.......................3 votos.
Blanka.............................2 votos.
Karambola......................1 voto
Yo también me uno al elogio de Blanka por los buenos oficios de Evaluna gran austeriana
Una alegría compartir con vosotros los relatos góticos.

30/08/2007, 22:01
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Evaluna


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Re: RESULTADOS VOTACIONES TINTERO CCCIX ‘LA CASA DE LOS ESPEJOS’
Llegadas las 23:00 horas, habiendo votado ya todos los participantes, una vez hecho el recuento y salvo error u omisión… Los resultados de las votaciones de la Edición CCCIX ‘La casa de los espejos’, han sido:

Primer puesto para Blanka_L con 12 puntos

Segundo puesto y medalla de plata para Alias-ABC con 09 puntos

Tercer puesto y medalla de bronce para Escritorcillo con 05 puntos.

Cuarto puesto para Gemmayla. con 4 puntos.

Quinto lugar para Andresniporesas y la recién llegada y bienvenida Karambola con 3 puntos.

Enhorabuena a la ganadora y esperamos tema.


30/08/2007, 22:55