jueves, 14 de junio de 2007

CCXCIX ... La balanza

TINTERO VIRTUAL CCXCIX La Balanza
Gracias, qué amables. Resulta que va a ser éste un ejemplo práctico de lo que decía Andresniporesas sobre resistir y ganar.
No coincido en separar a un lado las ilusiones y a otros las responsabilidades, pero entiendo lo que ha dicho, en relación a los que van hacia Cumbres Borrascosas. Por ello, me decanto por este tema; la balanza. (En cualquier situación) No sé si se habrá propuesto con anterioridad, pero da igual, sirva entonces para mejorar lo que en su día se escribió.
Sólo me resta, para no perder las buenas costumbres, invitaros a un buen desayuno, a elegir; zumos, té, café, chocolate, frutas, huevos, embutidos y bollería fina, (incluye "sobaos de Arroyo") A ver si dan de una vez la fórmula, que no hay manera de imitarles, demonios.
A disfrutar. Buen fin de semana a todos.

ASOMBRILLADA 08/06/0708:44


  • La Balanza de los Colores.


Un amarillo presumido estaba sobre la valla de un jardín, y contemplaba desde su puesto de pintura el amarillo triste y verdoso de un limón. Mientras discutían sobre lo que hacía el dueño de la finca, un asesino que había matado a un hombre y lo había sepultado en dicho jardín, se posó un caballito del diablo verde y lila en una flor azul, y los colores, aburridos, empezaron a hablar de lo cara que estaba la vida para los colores, pues había un aprendiz de mago en las inmediaciones que los robaba y los apresaba en una redoma para sus magias indecentes. La conversación rayaba en la discusión enfervorecida y todos los colores estaban a punto de pelearse los unos con los otros. El dueño de la finca había usado para el asesinato un azadón, y quedaban restos de sangre púrpura en el filo del instrumento, afilado hasta el espanto. El púrpura de la sangre habló entonces advirtiendo que el aprendiz de mago estaba cerca y todos sus contertulianos enmudecieron a la vez. El silencio se posó sobre la escena como la lápida de un tumba sobre el hoyo, pesadamente y rotundo. En la finca el asesino cortaba el seto y el emparrado con unas grandes tijeras rojas. Una mosca negra y molesta le revoloteaba por la frente, con la desobediencia de lo molestísimo, y el asesino, vestido con un nicki de algodón violeta, intentaba proseguir la poda macabra y al mismo tiempo acabar con el furioso díptero. Estaba al borde del colapso nervioso, pues la insolente mosca, atrevida y bravucona, intentaba metersele por uno de los orificios auditivos, de tal manera que el hombre, sin querer, le dió un espantoso corte al rosal del jardín, y una rosa negripúrpura cayó sobre la hojarasca rojiza del césped, como un extraño guante desprendiéndose de una mano de reina. El hombre entonces, cesó su trabajo y empezó a dar manotazos al aire. La mosca no se apartaba de su presa, furibunda como su primo el tábano, y pegajosa como una cinta de celofán, sonaba a lo lejos algún violín estridente y eléctrico tocado por un demente. El mago apareció en el escenario. Era un muchacho joven, de unos veinte años, delgado y guapo, pero tuerto de un ojo, lo que lo afeaba considerablemente, y estaba vestido con una camisa de Foam Gum, con un títere o muñequito fucsia sobre un fondo negro, y unos pantalones vaqueros. Dió un golpe a su varita mágica y todos los colores se desgarraron de sus sitios precipitándose en la redoma de cristal que llevaba en la mano. Sonó un chillido como de azúcar y zumo de pomelo. La naturaleza quedó translúcida, la libélula transparente, el césped, incoloro, como de cristal, como de gasa, la valla amarilla quedó desprovista de color, el limón parecía una extraña medusa marina, la rosa parecía otra medusa, o hecha enteramente de vidrio, como en las tiendas de Joyería, y finalmente, el suelo de la finca quedo tan desnudo a los ojos que se pudo ver el cadáver del muerto, con la cabeza separada del tronco y los ojos casi saliéndosele de las órbitas, enterrado en la translúcida arena. El negro de la mosca desapareció del artrópodo dejándolo igual que un camarón marino, y de los ojos verdes del asesino desapareció el esmeralda, atrapado en la redoma. El muchacho, entonces, invocó al demonio Absalón, y desapareció. Pronto estuvo en la escuela de magia potagia, abstraido en ir separando uno a uno los colores que había robado hacía poco. Los que más le gustaban eran el lila de la Libélula, el púrpura de la sangre, y el negripúrpura de la rosa. La tarea que le habían pedido sus profesores era la de pesar cada color en la balanza de los colores. Tenía que ir con mucho cuidado. En uno de los platillos de la balanza tenía que poner el color, y en el otro platillo del instrumento tenía que poner notas musicales. Las notas eran ácidas y diamantinas, maullidos de gato, chirriar de canto de grillos, brillos de luces en los cristales de los coches, transparencias de las aguas de una piscina. En fín, una tarea ardua y complicada pero muy muy bonita. Sus profesores le pusieron un notable alto.
Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Escritorcillo 08/06/0713:56

  • Le quiero, la quiero, le quiero, la quiero.

Y el hijo puta me aconsejó sopesar las cosas: que a veces era necesario conocer de qué lado se inclinaba la balanza (imaginaria) ; que a veces era importante saber valorar, bla, bla, bla.
¡Y con lo mal que se me dan las proporciones y los números! ... y no te digo nada lo de calcular consecuencias. Pero él lo sabía eh?
Total, que con esa recomendación en mi cabeza que, ya de por sí, estaba llena de tortura y duda, me puse a deshojar la margarita, me puse a pesar la angustia – perdón, sopesar la angustia - :
* Con Arturo la apuesta es segura pero, visto lo visto, un poquito aburrida. Con Adela va a ser un campanazo pero, intuido lo intuido... (Arturo 0 / Adela 1).
* Con Arturo pocas son las cosas que aclarar, ni vestiduras que rasgar, ni recuerdos que conjurar. Con Adela tendré que volver a revolver mi adentro y mi afuera... (Arturo 1 / Adela 1).
* Con Arturo he dominado y con Adela parece que me apetece ser dominada (Arturo 1 / Adela 2).
* Con Arturo sueño y con Adela me ensueño, y ya se sabe que la fantasía (Arturo 2 / Adela 2).
Al ver que la balanza "mental" no se movía pensé: ¿se podrán sopesar más de dos cosas? Por ejemplo, una tercera opción podría ser dedicarme a la lectura, la vida contemplativa y a las maniobras individuales / personales / intransferibles, pero, claro, esto puede parecer una huida. Bueno, más que parecer lo es.
Por lo tanto, en la intención de hacer lo que parece ser que otros hacían, decidí seguir contando las bendiciones y como con éstas no me bastaban metí mano a sus miserias. Aquí fue el acabose, sus miserias se mezclaron con las mías, que eran las que más abultaban, las que más dolían (¿no estaba yo valorando a otros?), las que más me avergonzaban, las que más escocían (¿quién dijo lo de la balanza?), las que me alejaban. ERA YO QUIEN SOBRABA.
Y mi querido asesor ya contaba con ello. Y mi querido asesor ya había utilizado su balanza. A él se le dan bien los números. Y se acercó a mí y me acerco a él. Y supo acariciar mis lamentos y beber mis suspiros. Pero es lo único que hizo, y de esto hace dos años.
Y aquí estoy yo, con una pequeña pesa que se quedó entre mis manos intentando encontrar el momento en que el hijo puta se vuelva y pueda sacarle un ojo (y esto no será imaginario).
Así que ya saben, las balanzas para las naranjas... de la china, na, china, na...

Redimida 12/06/0711:05


  • Balanza de precisión.

Ya sabemos que hay gente para todo, que es muy difícil ser original porque siempre hay quien ha madrugado más que otro. Pero conocí un elemento que era todo un personaje. Tenía un empeño extraño y original: Quería pesarse una peca.
Bien mirado es una bobada, pero con las condiciones que él lo proponía era un reto casi imposible. Pero Cefo, de Nicéforo, no se arredró y solicitó ayuda. Puso un anuncio en la prensa local en busca de ideas.
Algunas fueron muy originales. Un tal Cuadritos le propuso hacer una foto de la peca, recortar el perímetro y pesar ese trocito en una balanza de precisión. “La película pesa más o menos como la piel”, le dijo.
Otro, más entendido, propuso colocar unos cubitos de hielo sobre la peca; esperar a que la sangre se “alejase” de ella y después recortar con un bisturí el perfil. Cefo, que era raro pero no tonto, hizo pruebas con el gato que tenía una peca en la oreja pero por la parte de adentro. Con una mano acariciaba el lomo del gato y con la otra le sujetaba el cubito en el pabellón auricular. El minino al notar las primera gotas de agua helada deslizarse oído adentro daba un brinco y le dejaba las uñas marcadas en las rodillas. Cefo había olvidado el refrán que dice que el gato escaldado hasta del agua fría huye.
Por fin se decidió a quitarse él mismo la peca. Para conseguirlo se proveyó de cubitos de hielo, de unas tijeritas muy afiladas y de una pletina para colocarla y de una balanza de precisión.
Llegó el momento esperado. Bajó las persianas y dejó la habitación en penumbra. Se quitó los pantalones y la ropa interior. Se sentó en el borde de la silla con las piernas muy abiertas. Enfocó la lámpara flexo hacia la peca. Tomó un algodón y lo empapó en alcohol.
Precisamente en ese momento sonó el timbre de la puerta. Era su novia. La vio por la mirilla antes de abrir. Después de un breve diálogo ella se ofreció a quitarle la peca de tan delicado lugar. Comenzó su labor con aplicación desinteresada pero eficaz y en un momento de la succión le dio un mordisco certero.
¡Ay!
La novia se levantó como un rayo y escupió el contenido en la balanza de precisión.
“¡Seis gramos!, gritó. La peca pesa 6 gramos”.

ANDRESNIPORESAS 12/06/0716:36


  • "Los astros lo anunciaron por revelación, ciencia o conjetura"

Los Libra somos un signo que intentamos contentar a todo Dios y así nos va, amigos de todos, amigos de nadie.
No creía en estas cosas de los astros hasta que un día una pitonisa, amiga de una amiga mía, que levantaba cartas astrales, me levantó la mía, - a parte de las quince mil pesetas de antaño del siglo pasado reciente que me cobró por el "concienzudo estudio que me lleva más de veinte horas de dedicación" dixit -
La cosa pintaba clara. Nativo de Libra con Ascendente Libra, con el Sol, Mercurio, Venus y Júpiter conjuntos en Libra en casa XI, la de la amistad aseguraba, opuestos a Capricornio en Urano conjunto a Plutón, Marte y Saturno. en la casa V, la de proyectos como escribir un libro, hijos y árboles por plantar. "Tú eres un pendón, un putón verbenero. Siento decírtelo tan alto y tan claro. Por un lado te apasiona la literatura y sueñas con escribir una novela que te catapulte a la fama, pero por otro "tiran más dos tetas que dos carretas", que en tu caso son un número infinito elevado al cubo, porque mujer que conoces, mujer que te llevas de calle y luego a la cama. Aunque veo aqui que no siempre es en la cama, sino más bien donde se tercie ello, oye. Te daría mi número de teléfono para quedar, pero yo nunca, nunca mezclo profesión con devoción...Prosigamos -perdona el inciso- el caso es que tú te propones escribir ocho horas diarias, que se quedan en media hora de participar en una revista literaria de unos colegas tuyos o algo así. En fin, que eres un tipo con muchísimo talento, pero lo desperdicias con tanta solera y garbo que la cosa también tiene su mérito. Te salen amigos hasta de debajo de las piedras. Amigos de toda índole -eso me lo dicen Venus y Mercurio que hoy están locuaces y extravertidos- Estos amigos, en casi todas las ocasiones se aprovechan y sancan partido de ti o viceversa. Tú sacas mucho partido de ellos, especialmente de ellas, que te adoran primero para aborrecerte después. No te faltarán querellas judiciales con damas de toda condición social. Así que ándate con ojo tanto con las putas como con las aristócratas que te rondan...Lo que se dice enamorado, yo te veo más bien enamorado de todas a la vez y de ninguna en especial, pero allá por el año dos mil y pico, -el pico no lo veo claro - te enamorarás rendidamente de una mujer mayor que tú - entre doce y veinte años más veterana. Si quieres más precisión son doce mil pelas más. Bien, por esta mujer perderás el "oremus" y el sentido. Te tratará como a ella le vendrá en gana, como un pelele de carnestolendas y tú no lo podrás evitar. Eso me lo dicen Plutón, Urano y Saturno en Capricornio. Y me dicen que te diga que no se andan con rodeos y hablan totalmente en serio. Así que aplícate al cuento.¡ Estos planetas son de armas tomar!....Siento decirte que hijos legítimos no tendrás ninguno, pero demandas de paternidad y pruebas de ADN las que quieras y más. La novela que sueñas las escribirás , pero cuando te declaren impotente y se apague el furor sexual que es en ti arrollador y casi demencial, caótico y absurdo. Tendrá mucho éxito esta novela a nivel internacional. Se traducirá a veinte lenguas -más o menos. Ya sabes si quieres saber más es cuestión de estirar la guita-...
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Viernes, doce de junio de 2017. La novela "Los astros lo anunciaron por revelación, ciencia o conjetura" alcanza una cifra récord de ventas a nivel mundial. Traducida ya a veintitrés lenguas, expertos de varios países analizan la clave de su éxito. Es libro de obliga lectura en la ensañanza secundaria y superior. Su autor, J.C. Benthancourt atribuye tamaña aceptación a décadas de sequía inspirativa y auna trayectoria vital "casi demencial, caótica y absurda."

gemmayla 12/06/0716:55


  • El juez

Los torvos soldados del general Azumbre habían encontrado lo que buscaban y volvían desde las cámaras interiores del Palacio de la Ópera Flotante, hasta el vestíbulo donde los esperaba el general. Volvían rápidos y en grupo compacto, protegiendo, o sirviendo de escolta, a un hombre que venía enmedio de ellos: un individuo mayor vestido de etiqueta, muy pálido, muy flaco, muy decidido, con el ceño fruncido como el que ha tomado una determinación importante y se marcha a pasos largos, dejando mucho atrás.
Benson lo reconoció enseguida: El juez Balanzo, el amigo de la justicia, el servidor de la ley por antonomasia que salía en todos los programas de hiperondas para explicar algunos puntos complicados de las sentencias que se dictaban en los tribunales galácticos. La gente le tenía mucho respeto y lo que él decía se lo pensaban dos veces antes de olvidarlo y hacer lo que buenamente querían. Pero por lo menos se lo pensaban.
El enorme soldado que venía en cabeza del grupo se acercó al general Azumbre.
- ¡Mi general, el juez viene con nosotros por su propia decisión! -dijo en voz alta, para que le oyeran los vigilantes de plantilla de la öpera Flotante, que estaban agrupándose junto a la puerta, nerviosos, mirándose unos a otros, sin saber en qué pierna apoyarse, como si quisieran prepararse para salvar del secuestro al juez usando sus menguadas armas.
- ¡Ah, fantástico! ¡Viene por su propia voluntad! - recalcó Azumbre con su vozarrón de trueno, y se acercó al juez que le dio la mano con gravedad.
- ¿Nos vamos? - dijo el juez y sonrió a los vigilantes - No pasa nada -les dijo-, me marcho con estos... estos amigos. Voy a hacer un comunicado a la prensa ahí afuera. Sí, ahí fuera. Mañana lo leeréis en las noticias.
Y se volvió para subir las escaleras hacia la salida.
Azumbre se frotó las manos con una sonrisa.
- Ya ves, Benson -se dirigió al joven que seguía toda la escena a su lado-, desde este momento, en nuestro nuevo planeta hay justicia. ¡La ley se viene con nosotros! ¿Has pensado ya si quieres venirte tú también? Ya sabes que si te unes a nosotros serás libre.
El juez Balanzo, en lo alto de las escaleras, se volvió para mirar lo que dejaba atrás. Levantó los brazos para ajustarse el vuelo de la capa, y por un momento Benson vio que la mano derecha del juez estaba situada, visualmente, sobre la cabeza de Azumbre, y la mano izquierda sobre la de la joven Yanna...
Y Benson se imaginó, vio claramente, como si el juez estuviera sopesando, tentando con sus manos, las dos fuerzas principales en la decisión que él, Benson, tenía que tomar:
a) Marcharse con Azumbre a su mundo nuevo, donde sería respetado y podría recuperar una vida normal, aunque no tan libre como le estaban prometiendo, eso seguro.
b) Yanna, la chica enigma que le encantaba y que no era de nadie, tampoco suya, que él supiera... La chica que le ligaba a un mundo gris que le rechazaba a él, que le tenía miedo... La chica que temía a los soldados y que nunca se iría con ellos...
Vaya, se dijo Benson, sólo faltaba que la música empezara a sonar ahora y le echase el puntito dramático a la situación.
Y justo entonces, en el auditorio la música rompió con la obertura de la ópera que tocaba aquella noche y el foyer se llenó de notas dulces y trágicas.

BLANKA-L 12/06/0721:03



ASOMBRILLADAInvitado
Publicado: Mie Jun 13, 2007 1:04 pm Asunto: El principio del fin, o cómo destrozar una reputación.

- ¡Y me lo dices ahora! - No te enfades, escúchame; es que el plan que propones me da mucho corte. - ¿Pero cómo has esperado a última hora para echarte atrás? Me haces una faena, que lo sepas. Hoy es nuestro aniversario. Tenía preparada la escena. Podrías haberte negado hace días, lo hemos hablado hasta el aburrimiento y estabas de acuerdo. Lo que no entiendo es que lo digas tú. Que me lo diga otro, vale, ¿pero tú? Tenías que estar acostumbrado. -Mira, es distinto. Una cosa es desnudarse en público como yo hago, con música, con arte, y otra es hacer lo que me propones. Me da palo que el tío esté mirándonos, qué quieres. No puedo. Quedo en deuda, pero no, lo siento. Le colgué ¡Pusilánime! Faltaban sólo tres horas para que llegase Eduardo, mi marido. No puede mezclar pastillas, por el corazón, por eso busco métodos naturales que le animen. Creía que sería sencillo, hasta que lo intenté. Miré los anuncios. Había uno que buscaba mujer y se ofertaba como cristiano, católico, fuerte de moral y voluntad, inteligente, sensible, sociable y con sentido común. Esto último le sobraba al anuncio, o le faltaba a él. Lo primero me sobraba a mí, así que seguí mirando. Era difícil decidirse. Al final, un brasileño al que apenas le entendía cuando llamé, estuvo de acuerdo en venir a la cita, “Si, no problema”, por ciento cincuenta euros. Estaba dispuesto a cualquier cosa, eso lo dejó claro. Me decanté por él. Era un tipo alto de unos treinta años, y su color, moreno intenso, contrastaba con el pálido de una de mis amigas que estaba junto a él cuando abrí la puerta. Habían coincidido en el ascensor, y ella parecía cortada, como requesón con ramo de flores, si fuera un cuadro. Lo era. Víctor, - así se llamaba el de las rastas - sonreía. Se sorprendió al ver que mi amiga dejaba el ramo en la entrada y escapaba balbuceando una excusa. Pareció desencantado. Le dije qué era lo que yo pretendía. Se desnudó y se puso, sin problema, el tanga rojo que le ofrecí y los zapatos de tacón de aguja que había comprado por la mañana en Karima. Me habían costado una pasta. Me disfracé yo también, a juego. Esperamos tomando una copa. Por lo que me contó, se conocían, mi amiga y él. Dijo que ella le había ayudado con los papeles de extranjería. Le pregunté qué diría cuando hablara de mí. Justo entonces sentimos unas llaves hurgando en la puerta. Nos acercamos al vestíbulo, y allí estaba Eduardo con parte de mi familia y la suya. Querían llevarnos a cenar a un restaurante que habían reservado para celebrar el día. Intenté explicar lo que veían. Quedó peor.
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ErkaytanoInvitado
Publicado: Jue Jun 14, 2007 8:21 am Asunto: La Balanza de la Justicia

Amos a ve como sale aqui. La balanza de la justicia Era un joven con la mayoría de edad recién cumplida. Había dejado atrás su adolescencia y pensaba que era ya hombre. Todas las mañanas, en el camino hacía la oficina donde prestaba servicios como ordenanza, pasaba por delante del Palacio de Justicia. Allí, ante el atrio, en el centro de la fachada, había una estatua de unos dos metros de alta. Era de mármol blanco y frío y representaba el cuerpo perfecto de una mujer. Un pañuelo blanco de seda le vendaba los ojos. Con la mano derecha izaba una espada de acero negro y con la izquierda sostenía una balanza de forja. Cada mañana, el joven se paraba ante el edificio y observaba durante unos minutos la figura de mármol blanco erguida sobre su pedestal. Un día, llevado por la curiosidad, colocó en un plato de la balanza una piedra. Al momento, la balanza se inclinó hacía un lado y la piedra al suelo. Al día siguiente, colocó la piedra en el otro plato y ocurrió lo mismo. Tardó unos días en probar a poner una piedra en cada plato y, al hacerlo observó que la balanza no se quedaba quieta, que se inclinaba un poco hacia un lado, ya que no eran del mismo peso las piedras. Durante muchas mañanas, el joven pasó por delante de la estatua. La miraba de reojo y luego seguía su camino hacia la oficina. Al cabo de unas semanas, convencido de que la balanza no le servía para nada, se atrevió a quitársela. Con mucho cuidado, la despegó de su mano izquierda y la colocó cuidadosamente en el suelo, sobre el pedestal, a los pies de la estatua. Ante su asombro, la figura comenzó a mover su brazo izquierdo y con la mano se quitó la venda de seda. El joven quedó paralizado, asombrado ante lo que estaba viendo, sobre todo cuando la figura comenzó a hablar y le dijo: “Gracias joven por dejarme la mano izquierda libre. He podido quitarme la venda. Ahora podré ver a los asesinos y cortarles el cuello con la espada” El joven salió corriendo a toda prisa hacía su trabajo. Al día siguiente, mientras ojeaba la prensa, pudo ver en primera página que los componentes de un comando de terrorista habían aparecido muertos en su piso, al parecer, decapitados.
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