miércoles, 4 de abril de 2007

CCLXXXVI.- "Nocturno del sol largo"

TINTERO VIRTUAL CCLXXXVI "Nocturno del sol largo"
¡Qué no decaiga la fiesta literaria!
Sabemos que las fiestas a veces acaban en orgiásticas bacanales esperpénticas y carnavalescas. Es normal cuando el ser humano está hastiado, ahíto de nada, vacío de todo, falto de esdrújulas y brújulas que le indiquen su propio norte y le marquen su genuino acento.
Propongo tema, ya que no se anima o no puede el amigo Falcó, al que tanto se le echaba de menos por aquí. ¡ Muy bienvenido, JMLVFALCÓ !
Propongo como tema el título de la novela de Gene Wolfe, que no he leído aún y probablemente no pueda leer nunca. Esta novela se encuentra en los anaqueles de la biblioteca familiar y pregunto a mis seres queridos quién la ha leído y nadie lo ha hecho. Ahora me pregunto cómo vino a parar aquí este libro. Ya tengo materia gris para comerme el coco este "finde". Uno se agarra a las ideas más peregrinas para escapar de la prosaica rutina y los problemas que hieden a neurosis colectiva.
Vosotros sois como de mi familia, ¿algúien ha leído este libro?
Salud e inspiración para todos y haya paz dentro y fuera de nuestros corazones empañados !!!

gemmayla 10/03/0709:23




  • Material aparte.
A veces me visitan sus fantasmas, nunca me cuentan dónde están, sólo aparecen para recordarme que murieron. Quisiera preguntarles si los enterraron como a los tres dedos del Siroco, debajo de un naranjo. Nunca supe el verdadero nombre del Siroco, le llamábamos así por su forma inesperada y rotunda de locura, como la ocasión en que le vi amputar tres dedos de su mano izquierda con un trozo grande de vaso roto, Hice lo posible por impedirlo, pero se defendió tratando de hundir el cristal en mi estómago. Le llevó enseguida la guardia de enfermeros y ahí quedaron tres falanges con su sangre derramada en la mesa. Se las devolvieron más tarde congeladas y así fue como organizamos el funeral. Antonio Aguilera hizo los oficios de sepulturero y a mí me correspondió redactar la homilía en honor a su eterno descanso. El Siroco repartía coca-colas entre todos con su mano sana y a mí me añadió un buen chorro de loción de afeitar para convertir el refresco en un "cubata cojonudo".
A Antonio Aguilera le conocía ya del campamento de reclutas, Él y Abadal Barceló me cuestionaban la existencia, Barceló supo enterarse del barrio donde había nacido yo, le resultaba demasiado elegante para su gusto y me hizo saber que el suyo no lo era tanto. Fue imposible hacerle entender que estaba empadronado aunque ya no vivía en aquella dirección. Por esa causa tenía que sufrir cierto acoso, a mi paso cantaban Escuela De Calor y me preparaban emboscadas en las letrinas con la pretendida intención de golpearme. Antonio Aguilera formaba en la compañía delante de mí y en alguna ocasión tenía vómitos que le obligaban a abandonar las filas. Antes de incorporarse al servicio militar, asaltó un banco sin que le detuvieran por ello y con el dinero pasó un año en Mallorca pensando hacer coincidir el momento en que se acabara el botín con el de su entrada en el Ejército. Esta información me la dio más tarde, por ahora sólo sabía que vino al mundo en un distrito humilde de Málaga.
Cuando Antonio Aguilera ingresó en el pabellón psiquiátrico del hospital militar donde yo mismo había acabado, quedó muy sorprendido al encontrarme en su misma habitación. Le vi yo antes que él a mí, me acerqué por la espalda mientras deshacía el petate y le asusté diciendo ¡uh!. En poco tiempo quedó demostrado que Antonio era más afortunado que yo, él tenía dos novias que venían a visitarle con frecuencia y yo ninguna. Llegó a ofrecerme la compañía de una, mientras se resolvía mi falta amorosa, sin que ninguno me pidiera nada a cambio, acepté el regalo, naturalmente. Le gustaba mucho leer, yo aún no conocía la trilogía del Señor De Los Anillos y él la describió para mí de forma apasionante. También me contó que tenía por costumbre inyectarse cocaína. Antonio decía que yo no me enteraba de nada, que era torpe por mi parte intentar el suicidio con cortes en las muñecas. Eso es "muy jodido y muy tonto", afirmaba, porque así, en cualquier caso, sólo se consigue dolor, y me recomendó el método que ya practicaba ofreciendo su propia jeringuilla, llena gracias a la colaboración de las chicas, para que la usara. Nunca llegué a seguir el consejo, si bien estuve tentado en alguna ocasión. Me salvaban los abrazos de Bel, la novia prestada, siempre colocada, pero también igual de dispuesta a hacer el amor en el jardín del hospital, debajo del árbol donde reposaban los dedos del Siroco.
Sobre todos nosotros se cerraba una noche muy profunda en la que no oscurecía nunca, cualquiera se convertía en un iluminado con pocas palabras. Lo notábamos en las caras, en especial eran los visitantes los que mayor impresión recibían cegados por la brutal luz de nuestra normalidad. Recuerdo a Pablito, el centinela, era posible tirar de su oreja y conseguir aullidos que le hicieron ganar el apodo de La Sirena, llenaban todo el pabellón alertando si se acercaba la oscuridad del día. Su fantasma siempre me pide que hable de él y ninguno de los no mencionado se queja.

SEMENTERIO 11/03/0711:43




  • El Sol nació de madrugada.
Cada día, de madrugada, me levanto para echar de comer a los animales, bueno, a la vaca, las tres cabras y diez gallinas que tenemos en el corral.
Padre hacía esto hasta que murió el año pasado, ahora yo, siendo la hija mayor, mientras madre se levanta a preparar la cocina y a hacer el pan y limpiar la casa, yo voy al corral a dar de comer a los animales y luego salgo al campo a labrar el trozo de tierra, tal y como lo hacía padre. Tengo la espalda molida de tanto arrastrar el arado, pienso que no voy a durar mucho y siento que tengo que cambiar de vida porque esta es un asco. A mediodía madre va al campo a traerme la comida. Las dos nos quedamos después de comer un rato hablando hasta que termino de arar el trozo de tierra y entonces plantamos las semillas hasta que el sol se esconde y volvemos a casa, así día a día hasta que el trigo salga y sea tiempo de recolección.
Esta mañana la vaca no ha querido dar leche, en su lugar ha salido agua, quizás es que anoche hubo luna lleva o quizás haya entrado algún animal salvaje y la haya dejado seca. Tendré que ir a ver a tío Alberto para que me dé para el biberón de la pequeña. El camino no es demasiado largo y la luna todavía luce brillante así que no tengo miedo. En los matorrales se escucha el ruido de los conejos saltando, cogiendo las pocas raíces comestibles que aún quedan en el campo del vecino, los hijos murieron y ellos se fueron a la ciudad para que las almas perdidas de sus niños no les encontraran entre tanta gente.
Pasando la loma está el puente del infierno, le llaman así porque un día Jacinto, el de la casa amarilla de la colina desapareció en aquel lugar. Dicen que hay ciertos días en los que se abre la puerta del infierno allí mismo y ese mismo día Jacinto pasaba por él de vuelta de ver a su novia. Nadie volvió a verle desde entonces. Dicen que la novia perdió el pelo y que cada año, el día en que Jacinto desapareció camina desnuda hasta el puente para ver si se abre de nuevo la puerta y sale Jacinto para hacerle el amor. Sólo sale de casa ese día, el resto del año lo pasa en su habitación, envuelta en las sábanas que usó aquella noche en la que vio a su novio por última vez.
Ya lo veo, es un puente de tablas, algunas medio rotas, encima de un barranco. Hay alguien, se me erizan los pelos de todo el cuerpo, quizás es Jacinto que ha vuelto a ver a su novia, o quizás sea el mismo Diablo. Me paro en seco y miro perpleja la figura esbelta que está en medio del puente. Parece que lleva el pelo largo, es delgado. Me ha visto. Lo más seguro es que sea un vagabundo. Sigo andando, tengo que llegar hasta casa del tío, la niña necesita la leche para su biberón.
Camino con paso firme pero recelosa. El hombre fija su mirada en mí, se ha quedado apoyado en el barandal del puente y allí me espera. Sigo hacia delante y paso por su lado, no puedo evitar mirarle y veo que sus ojos me miran fijamente, le saludo y el baja la cabeza a modo de reverencia.
- Perdone señorita, ¿este es el camino que lleva al pueblo? - Si, este es. A unos dos kilómetros esta la gasolinera y a poco encontrará el pueblo. - ¿a dónde va usted? - Voy a casa de mi tío, me está esperando (no se por qué he dicho eso, a pesar de no haberle visto nunca no le tengo miedo) - La acompaño entonces.
Ni siquiera sé por qué no le he dicho nada. Vamos caminando el uno al lado del otro sin hablar. A veces le miro de reojo y veo que él me mira también. Estoy nerviosa, siento como algo me atrae hacia ese hombre desconocido. Una vez pasado el puente el camino se hace cuesta arriba hasta llegar a la arboleda que está junto a la casa del tío. Al llegar a los árboles, en un instante, él me agarra del brazo y me aparta del camino. Me retiene entre su cuerpo y el tronco de un árbol y empieza a besarme, toca mis pechos, los acaricia fuertemente, casi no me deja respirar. No puedo pensar. Me agarra del pelo y me mira. Sus ojos, esos ojos que brillan extrañamente. Me aprieta contra su cuerpo y empieza a quitarme el vestido, entonces comienza a salir el sol, un sol de madrugada que sale por el horizonte de mi cuerpo.

ElisabethBennet 11/03/0722:33




  • Amanece.
Porque esta va a ser la última vez que me rompas el corazón, hoy empieza un nuevo día.
Tu recuerdo lo voy a guardar entre las sombras de la noche que ha acabado, escondido en una especie de buhardilla imaginaria, metido dentro de una caja y luego en otra y en otra... Sí, lo mandaré a lo oscuro, a la noche eterna del olvido.
Algún día, tal vez lo traiga de nuevo a la luz. Subiré a la buhardilla de mi alma y veré la caja y entonces, cuando ya no duela abrirla, puede que te recuerde incluso con cariño, puede que me confiese a mí misma que ya no soy la misma que antes de conocerte, que me has dado muchas cosas, tantas que tal vez llegue a pensar que encontrarte fue un regalo de la vida (como te dije entonces ¿te acuerdas?).
Pero ahora empieza un nuevo día. Puedo ver a los pájaros enardecidos ya por la cálida luz de la mañana, emparejándose y cantando su alegría. Puedo ver el mar de un azul más intenso, el cielo impoluto y cegador y puedo sentir la brisa anunciando una primavera nueva.
Cierro los ojos y siento la sangre correr por mis venas. Tengo tanto amor corriendo por mis venas … y va a malgastarse, decía una canción. Tal vez ese tipo de amor sí, pero amo la vida, amo los amaneceres… Aunque sé que temeré la llegada de la noche, su oscuridad y su frío. La temeré por algún tiempo, lo sé, porque la noche está llena de esencias secretas y a veces me traerán vagos recuerdos de tu aroma y entonces sé que sentiré en mis entrañas un dolor agudo.
Pero amanece un nuevo día, y los días son más largos ya y el dolor se adormece con la luz y el calor como nos adormecemos cuando tomamos el sol en la playa.
Porque esta va a ser la última vez que me rompas el corazón, hoy empieza un nuevo día. Amanece… y empieza la vida.

ANNNIA 12/03/0719:15




  • Siete peldaños hacia la destrucción.
Los perros inflan retoques de una canción soplada como la noche que está ahí sin pisar el suelo y nunca nunca abandonan el árbol claro y hueco según el disparate de un sonido como una tuba que suena y por poco no nace y se diluye en un puñado de arena.
Cómo brilla el carro y rezuma el aliento en la ladera donde come el caníbal sin mirar atrás ni discutir sobre la eternidad del pan, ese atisbo de locura perdido entre las piernas de la malsana oquedad supurando dolor en forma de gancho.
¡Qué lástima para la garganta que huele a nabo disecado y pescado pasado de días ajenos perdidos en una persecución de vulgar delirio sin concentrar su esfuerzo en la posesión desdichada del oro que brilla y la luz que ahoga!
Tirado en el suelo sin rascar el arpa ni esperar lo que nunca viene si no se llama con delectación porque el contento del alma sube por las piernas hasta el pecho dolido y brama como un feroz monstruo que saca fuego por la boca áspera de la humillación y rompe la ola del bien para inundar días de furia.
Los siete peldaños del bramido descontento que retumban como el eco de los siglos de euforia que acaba derramada en la soledad de la infernal estancia donde sube la marea y huele a nauseabunda pestilencia compartida.

ANDRESNIPORESAS 13/03/0708:56



  • Xcrit.
Un relatillo de ciencia ficción muy mediocre para matar la tarde.Xcrit.
Bajo la Luz de ese sol en Xcrit todo es azul. La radiación se abre paso, una radiación ultravioleta tan intensa que el día es azul, un azul violento y rabioso, que da cuchilladas frenéticas y daña la piel, la quema en pocos segundos, como si de agua hirviendo se tratase. Bajo esa pantalla de frenesí luminoso las cosas tienen la tonalidad y el matiz fantasmagórico de lo sumergido en una discoteca. No hay vegetales ni animales allí. Tan solo un desierto de arena azul cubierto de algas y musgos, proyecciones detríticas de arroyos secos, y, en la estación lluviosa, torrenteras bestiales. El traje protector brilla blanquísimo como un ascua fluorescente, un rabioso pulso de piano o un toque de diapasón cristalino y brutal sería capaz de acompañar el ascua fragorosamente blanca en que se convierte cada silueta. Somos espectros bellísimos, atletas hermosísimos y ángeles en medio de un bronco almíbar de ultravioleta. Figuras de simio humano, de gorila humano de hombros anchos y brevilínea sublime, apuestas, seductoras como arcángeles. Buscamos los diamantes, fosforecen iracundos en los valles secos, junto a los musgos negros, en las hondonadas azules, despiden llamaradas despiadadas bellísimas, fúlgidas, cegadoras. Ya todo de por si es cegador allí. Brilla , rebrilla, y vuelve a brillar, hasta lo negro, hasta volver negra la visión. Toda esa belleza para nosotros nos importa nada, sólo buscamos la ganancia, somos ambiciosos, y por mor de ambiciosos somos insensibles. Por eso hemos cometido asesinato. Matamos a nuestro capitán, quería sabotearnos el beneficio, había pactado un quince y nos propuso un siete, tenía las llaves de la caja, lo desnudamos en medio del desierto, se quemó vivo en media hora, nos divertimos luego arrastrando su cadáver por el valle, dejó restos de tripas, sangre, piel, y heces. Más adelante descubrimos un filón, en el despeñadero. Había que descender en picado, bajo las poleas, allí estaba la veta madre del diamante, brillaba como un chirrido y un relámpago, precisamente hubo lluvia aquella noche, y se vieron raíces retorcidas en el cielo, carmesí como el vino de un cáliz, granate hasta lo criminal. Hemos hecho una buena minería, nuestros depósitos están repletos de material, la noche esta nos hemos entregado a una bacanal de alcohol en la base, hemos bebido y hemos tomado Lectra, aunténtica Lectra destilada de cactus espinosos, vimos el cielo verde, era tan verde como las pupilas de las huríes, yo hice el amor con una estatua, en mi habitación estaba sensual y oferente, la poseí con vigor, luego la estrangulé, tire su cuerpo al desierto, como un trapo sucio. No me arrepiento de nada, la hubiese estrangulado siete veces más. En mi corazón hay un tigre, en mi cerebro una montaña de estiércol, una mona huesuda que agarra una quijada de asno, una mosca, un tábano de las selvas, avieso y lascivo, feroz, desaprensivo, podrido, y mi cabeza es una tumba llena de esqueletos, su tuétano es la sangre que me corre por las venas, me alimento de esa porquería como los ángeles y los dioses de la ambrosía celeste. No me arrepiento de nada. Sé que tengo preparado el patíbulo en Ondice quinto, y me río. Sé que han proscrito mi nombre y que ofrecen por mi cabeza cien mil sestremas, y yo me recochineo en el aviso. Sé que los sacerdotes me ponen de ejemplo. Y yo comulgo con Satán en Xcrit, mi fortuna es capaz de comprar la salvación.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Escritorcillo 13/03/0719:05




  • El planeta Olopa.
En el hemisferio norte de aquel planeta, que llamaremos Olopa para entendernos, pero que en realidad tenía un nombre ininteligible, siempre lucía un sol de mil demonios. En el hemisferio sur siempre, siempre era de noche, una noche cerrada sin astros, satélites ni estrellas.
Los habitantes del septentrión recriminaban a los meridionales su carácter frío, apacible, impasible y distante. Éstos se encogían de hombros y, enemigos de trifulcas y acaloramientos, pasaban por alto los ataques, insultos y las blasfemias gravemente injuriosas que aquellos les prodigaban.
Entre ambos hemisferios desde hacía mucho tiempo, unos cien años para entendernos, - aunque en realidad sería difícil precisarlo con exactitud astronómica -un ecuador de acero - diremos acero pero en realidad se trataba de otro tipo de aleación de composición imposible de detallar - constituía la frontera fortificada que separaba ambas medias esferas de climas y naturaleza equidistantes.

gemmayla 14/03/0713:04




  • El reflejo de sus sueños.
A la escasísima luz de los rescoldos podría parecer nada más que otro montón de rocas sin que alma alguna habitase entre ellas, sin embargo es sueño, esperanza y amor, si, incluso amor, lo que alimenta la mirada del hombre cuyas manos se acercan una vez más al fuego extinto del que pretende conseguir algo de calor para su cuerpo y para, quizá, domeñar la frialdad que se instaló en su alma.
¡Regresó!
Habían pasado muchos años, pero prometió que volvería y así lo hizo.
Regresó y se encontró con sueños desperdiciados y ajenjo. Con una plaga de recuerdos que sólo perduraban para él. Convertido de repente en dueño y señor de un pasado muerto e incapaz de suplicar el más simple vislumbre de futuro.
Quizá estuviera muerto. Muerto como esos hombres que se levantan cada mañana y se miran en el espejo por rutina sin darse cuenta de que quien les devuelve la mirada, quien aúlla atrapado en aquel reflejo es el mismo, atrapado por la emponzoñada rueda de la vida. Sin avanzar y sin retroceder, simplemente girando una y otra vez sobre el mismo punto.
Es una muerte en vida. No es nada extraño. Simplemente continúas como si tuvieras algún fin, como si al acabar el día, con la nueva mañana, o por un azar fortuito, de repente, algo marcase una diferencia y aquel nudo gordiano se rompiese definitivamente para un nuevo comienzo. O para terminar. La cuestión sería vencer por fin aquel círculo vicioso.
En su duermevela, el hombre ha estado soñando de nuevo. No es la primera vez. Durante sus viajes muchas veces pudo ver a su Penélope, su mujer, la amante, la madre. Acreedora de sus promesas y su futuro.
Pero al regresar todo eso ha quedado atrás. Penélope ha muerto junto a su hijo, sus amigos, su tierra, cualquiera que pudiera conocerlo, como si la maldición de los dioses lo persiguiese y lo obligase a encarar un futuro donde siempre estará solo. Borrado de la vida y de la muerte, ajeno a todo y a todos, sin nadie que sea capaz de recordarlo y con añoranzas demasiado dolorosas y recientes para ser soportados. Es un lugar donde la rueda gira una y otra vez hasta que mucha vidas son vividas y muchas otras olvidadas, sin dolor. Dichosas vidas anestesiadas.
Pero ahora algo ha vuelto a cambiar. Mientras de forma involuntaria se acerca un poco más a la hoguera, entre su sueños difusos cree adivinar de nuevo a Penélope. Diferente. Muy joven, demasiado joven para considerarla real y no mero deseo. Y sin embargo, allí, dormida, en total oscuridad, casi adivinada por su profundo anhelo, parece tan viva que extiende su mano hacia ella.
Y susurra…
“Penélope”
…y puede ver como el sonido amortiguado de su voz llega hasta los oídos de la durmiente y le agita el sueño.
No sabe quien es aquella otra “Penélope” o si es un sueño, pero…¿Quién se atrevería a asegurar de la verdad que se esconde tras el velo de los sueños?
Y Penélope abre los ojos.

YUYUWANA 14/03/0720:36



Re:Material aparte...(Mi comentario).Respuesta a: Re:Material apartePues lo he leido, releído y trileído. Es un texto agradable, pero me he perdido las tres veces. Sigo la cámara (de cine) pero el autor se va detrñás de cada imagen nueva y abandona las anteriores.
Comienza Sementerio diciendo que "a veces me visitan sus fantasmas". No sabemos ése "sus" a quién sustituye ni de qué fantasmas habla. Y leemos todo el tiempo con la obsesión de encontrar la explicación.
Pues al final, las dos líneas últimas, nos hablan de que el fantasma de Pablo le pide que hable de él y que los otros no se quejan. Seguro que está clarísimo, pero yo tampoco lo he entendido.
Así que le pido ayuda al autor.

ANDRESNIPORESAS16/03/0718:07




Re:El Sol nació de madrugada...(Mi comentario)Respuesta a: Re:El Sol nació de madrugada - FinVeo tres relatos en uno: un comienzo pastoril costumbrista; una escena de intriga, miedo o suspense; y finalmente una violación. Y para terminar una conclusión.
La escena pastoril incluye campo, arado, vaca, comida campestre, y la vaca que no da leche. Está bien dibujada la escena.
La intriga se ve: el puente colgante de madera es estrecho y ella ha de pasar junto al viajero. El intruso la espera. Respiramos: es amable, se invita a acompañarla.
La violación. Es un rapto, un pronto que mascaba el viajero y que realiza sorpresivamente.
La conclusión (si yo fuera feminista militante) es un insulto a las mujeres: ella descubre el sexo cuando la violan. ¡Ñó! Se le ilumina el sol de su cuerpo. ¡Jope! ¿Que dirían a esto las "ista ista ista España feminista"? ¡Córcholis!
Mi cadarnera me mira desde la jaula y suelta un solo de gorjeos que me deja preocupado. La miro y mueve la cabecita como diciendo, uy uy uy que te metes en un lío.
No pasa nada, nunca pasa nada, por eso me gusta este país: porque nunca pasa nada.

ANDRESNIPORESAS16/03/0718:19




Re:Amanece...(Mi comentario)Respuesta a: AmaneceComienza el relato de Annia enfrentándose a un "tú" contra el que va a luchar. Tiene una causa pendiente: de afecto.
"Porque esta va a ser la última vez que me rompas el corazón, hoy empieza un nuevo día."
Ya he dejado escrito más de una vez (soy esclavo de mis preferencias) que no me gustan los relatos en "tú" al modo de soliloquio contra alguien imaginado.
Pero eso me pasa a mí. A otros les encontará, y este mundo es lo suficientemente grande como para que quepamos todos.
Annia, no te disgustes; reconozco que el tema de la semana era incierto e ignoto.

ANDRESNIPORESAS16/03/0718:26




Re:El Sol nació de madrugada...(Mi comentario)Respuesta a: Re:El Sol nació de madrugada...(Mi comentario)Muy lejos de tu punto de vista, te hago notar, Nipo, que la protagonista en ningún momento dice "no", mis ojos han visto en el relato de Elisabeth algo más parecido a esto:
http://www.youtube.com/watch?v=lad3ZlzPD4k
Pasión de replicante, mi pésame a quien no la conozca.

SEMENTERIO17/03/0719:04




Re:Material aparte...(Mi comentario).Respuesta a: Re:Material aparte...(Mi comentario).Al protagonista le visitan los fantasmas, el recuerdo de otros locos muertos, compañeros de pabellón psiquiátrico fallecidos que acuden con frecuencia a su memoria y de los que en el relato se hace referencia. Me doy cuenta al repasar el texto de que no marco bien la distancia en el tiempo, ni entro en detalles del por qué se da por sentada la muerte de todos ellos.
Gracias.

SEMENTERIO17/03/0719:25




Re:Siete peldaños hacia la destrucción.Respuesta a: Siete peldaños hacia la destrucción.Tu desvarío tiene el valor de lo inquietante, sólo lo he leído dos veces porque me raya.
Bravo, pero yo en el lugar tuyo reservaría visita urgente con el psicólogo.

SEMENTERIO17/03/0719:30




Re:Xcrit. Un relatillo de ciencia ficción muy mediocre para matar la tarde.Respuesta a: Xcrit. Un relatillo de ciencia ficción muy mediocre para matar la tarde.Los pactos con el diablo son siempre rimbombantes, captas eso perfectamente en todo lo que escribes. Dominas como un maestro la ruta circular.

SEMENTERIO17/03/0719:39




Re:El planeta Olopa I.Respuesta a: El planeta Olopa I.Coitus interruptus. Cuelga la segunda parte, te lo ruego.

SEMENTERIO17/03/0719:41




Re:El reflejo de sus sueñosRespuesta a: El reflejo de sus sueños"El Reflejo De Sus Sueños" en imagen y sonido.
http://www.youtube.com/watch?v=nhTUyaLi5t8

SEMENTERIO17/03/0720:06




Re:AmaneceRespuesta a: AmaneceA otra cosa, mariposa.
http://www.youtube.com/watch?v=h8VGQTtENSs

SEMENTERIO17/03/0723:08